El Sombrerón:
también conocido como: el Tzipitio, el duende, y a veces como Tzizimite. Sus características generales son: corta estatura, vestido de negro, con un cinturón grueso y brillante. Usa un sombr
ero negro grande y unas botas que hacen mucho ruido al caminar. Le gusta subirse a los caballos y hacerles trenzas en la cola. Cuando no hay caballos trenza a los perros. También le gusta enamorar a las jovencitas de pelo largo y ojos grandes. Cuando alguna le agrada la persigue, le trenza el pelo, le canta con su guitarra de plata. Pero también le echa tierra en el plato y no la deja comer, ni dormir. El sombrerón aparece por las noches, arrastrando un patacho de mulas de carbonero, con las cuales recorre las ciudad y los barrios. Cuando es correspondido por una mujer, amarra sus mulas al poste de la casa donde vive ésta, descuelga la guitarra y empieza a cantar y bailar.

La Llorona:
Este personaje femenino suele aparecer por las noches y llora. Se dice que cuando su llanto s
e oye cerca, es porque en realidad está lejos. Pero cuando su grito se escucha lejano es porque está cerca. Aparece cerca de los ríos, las pilas, los tanques y las fuentes, buscando el cadáver de su hijo al cual ahogó.

El Cadejo:
El Ca
dejo es un espíritu que cuida el paso tambaleante de los borrachos y las mujeres. Materializado en un animal adopta la forma de un perro lanudo, con casquitos de cabra y ojos de fuego. Existen dos variantes: el que cuida a las mujeres es blanco y el negro es el que cuida a los hombres que están en peligro.Tiene especial atención con los borrachos que se quedan tirados en las calles. Pero éstos deben evitar que les lama la boca, porque si no, los perseguirá toda su vida

La Siguanba:
Una mujer vestida de blanco y largos cabellos negros que aparece por los ríos y las vere
das solitarias. Se hace seguir, por los hombres que trasnochan buscando aventuras nocturnas, sin dejarse ver el rostro. Luego los pierde en los barrancos, tras haberles mostrado su cara de caballo.

La Tatuana:
Había en la Antigua Guatemala una señora viuda que vivía por el barrio del Calvario, en medio de la mayor pobreza. Sus vecinos casi no le hablaban, pues creían que era bruja. Un día le pidió a la señora de la tienda que le diera el pan a crédito, pero ésta como siempre se negó a hacerlo. Enton

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